Mostrando entradas con la etiqueta nostalgias y lagrimitas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta nostalgias y lagrimitas. Mostrar todas las entradas

17.9.08

nostalgia del verano

Qué puta es la rutina que cuando llevas en ella dos días, el verano parece que sólo ha sido un sueño...








7.2.08

Mi propia Heidi



Resulta que el tiempo pasa y nosotros no lo sabemos. Sí, algo tan claro que resulta imposible de asumir hasta que un día te das cuenta de cómo de rápido han ido sucediéndose los años. Hace casi un mes mi hermana cumplió 17 años y ese día fue un marcador de mi propia existencia no sólo porque la eché de menos un poco más que todos los demás días, sino porque supe entonces que ya no era una niña. El caso es que hacía tiempo que no lo era pero yo no había caído en eso y las razones pueden ser muchas y todas tienen que ver más conmigo que con ella.
Hoy me he vuelto a acordar de ella y de una cosa que me enseñó cuando apenas era, entonces sí, una niña y es una de las recomendaciones que más me han servido en la vida. Me confesó un día cualquiera, supongo que en la cocina que es donde se hablan los temas realmente importantes en mi casa, que cuando iba al dentista y se sentaba en aquella silla tan miedosa, ella pensaba en Heidi para olvidar que estaba allí indefensa ante la tortura. Desde ese momento yo evoco a Heidi no sólo cuando me pongo a disposición del dentista sino cuando no quiero sentir o pensar en algo doloroso que tengo delante de las narices; lo hago siempre que se me anuda la garganta y me veo a merced del llanto que ya empieza a brotar, en ese tipo de situaciones que hubo algo que me punzó dentro. Entonces, me encuentro a mí misma encomendándome a una Heidi que siempre ríe y corre por el campo descalza y con los brazos para arriba. Esa es mi propia santidad a la que lejos de rezar, invoco.
Hoy hay alguien más que ha aplicado la fórmula que yo había guardado más que por pudor por ese proteccionismo que practico con mis puntos G del sentimiento. Y le ha servido. En mi caso el truco ha estado siempre en que inmediatamente después de Heidi aparece la carina de Lore mientras me contaba esto y es ella quién me calma... mi hermanita pequeña que se hizo grande de repente sin que yo me diera cuenta.